Nuestros estudiantes cuestionan, investigan de manera crítica y buscan permanentemente la verdad a través de la información de diferentes fuentes, para tener convicciones propias. Comprenden la realidad con diferentes tipos de inteligencias para transformarla.
Alumnos desde Maternal, Preescolar, Primaria, Secundaria y Preparatoria ven al mundo como una sociedad global en la que la diversidad representa una enorme riqueza, por ello tienen la capacidad de ser lo que cada uno es. Se interesan por las grandes cuestiones y problemáticas mundiales, y se comprometen a construir un mundo para todos. Desarrollan el respeto, el diálogo y la acogida de personas y culturas distintas.
Nuestros estudiantes tienen la confianza en sí mismos para expresarse en diversas lenguas, lenguajes y medios. Poseen la habilidad y disposición para exponer sus ideas asertivamente, escuchar al otro y lograr acuerdos. Utilizan con sentido crítico, eficacia y humanismo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Reconocen que la libertad es la capacidad de disponer de sí mismo, de realizarse y construir su propio destino. Saben que elegir implica renunciar, y por lo tanto asumen los alcances que esto conlleva.
Tienen la capacidad de abrirse a los demás y poner al servicio, todas las competencias que han adquirido, desarrollando así un espíritu de familia. Se acercan a diversas realidades sociales para transformarlas y son solidarios con ellas.
Desarrollan los valores de la persona que residen en el ser y no en el tener. Promueven la justicia, la paz y todo lo que humaniza. Adquieren un compromiso personal con el cuidado del planeta y el óptimo aprovechamiento de los recursos a través de un estilo de vida sencillo, pensando siempre en el bien común.
Forman su carácter, de manera que son capaces de relacionarse armónicamente con los demás y con su entorno. Hacen frente a las dificultades que se presentan en su vida personal con actitud positiva y resiliente. Integran armónicamente inteligencia, afectos, voluntad y compromiso en un conocer y desear el bien, y comprometerse a realizarlo.
Experimentan el encuentro personal con Jesucristo y la Iglesia en una experiencia personal y una espiritualidad viva, saben expresar y dar razón de su fe. Descubren su vocación específica dentro del proyecto de Dios y actúan al servicio de la vida utilizando los criterios del Evangelio, frente a las situaciones que se le presentan.
Nuestros estudiantes cuestionan, investigan de manera crítica y buscan permanentemente la verdad a través de la información de diferentes fuentes, para tener convicciones propias. Comprenden la realidad con diferentes tipos de inteligencias para transformarla.
Alumnos desde Maternal, Preescolar, Primaria, Secundaria y Preparatoria ven al mundo como una sociedad global en la que la diversidad representa una enorme riqueza, por ello tienen la capacidad de ser lo que cada uno es. Se interesan por las grandes cuestiones y problemáticas mundiales, y se comprometen a construir un mundo para todos. Desarrollan el respeto, el diálogo y la acogida de personas y culturas distintas.
Nuestros estudiantes tienen la confianza en sí mismos para expresarse en diversas lenguas, lenguajes y medios. Poseen la habilidad y disposición para exponer sus ideas asertivamente, escuchar al otro y lograr acuerdos. Utilizan con sentido crítico, eficacia y humanismo, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Reconocen que la libertad es la capacidad de disponer de sí mismo, de realizarse y construir su propio destino. Saben que elegir implica renunciar, y por lo tanto asumen los alcances que esto conlleva.
Tienen la capacidad de abrirse a los demás y poner al servicio, todas las competencias que han adquirido, desarrollando así un espíritu de familia. Se acercan a diversas realidades sociales para transformarlas y son solidarios con ellas.
Desarrollan los valores de la persona que residen en el ser y no en el tener. Promueven la justicia, la paz y todo lo que humaniza. Adquieren un compromiso personal con el cuidado del planeta y el óptimo aprovechamiento de los recursos a través de un estilo de vida sencillo, pensando siempre en el bien común.
Forman su carácter, de manera que son capaces de relacionarse armónicamente con los demás y con su entorno. Hacen frente a las dificultades que se presentan en su vida personal con actitud positiva y resiliente. Integran armónicamente inteligencia, afectos, voluntad y compromiso en un conocer y desear el bien, y comprometerse a realizarlo.
Experimentan el encuentro personal con Jesucristo y la Iglesia en una experiencia personal y una espiritualidad viva, saben expresar y dar razón de su fe. Descubren su vocación específica dentro del proyecto de Dios y actúan al servicio de la vida utilizando los criterios del Evangelio, frente a las situaciones que se le presentan.